Una publicación de la agencia EFE, proveniente de la India, da cuenta de un (para nosotras las mujeres latinoamericanas) extraño ritual machista, celebrado el 25 de octubre: las mujeres se volcaron al mercado a comprar coloridísimas pulseras. ¿Para qué? Precisamente, para una ceremonia anual que hacen las casadas durante el festival Karva Chauth en la ciudad de Jammu, norte de la India. Las pulseras son para adornarse y para que se distingan de las solteras, que no están obligadas al ritual.
Ese día, las mujeres hindúes casadas ayunan y rezan. ¡Buena esa!, ¿no es cierto? Pero lo hacen sólo para pedir "una vida larga y el bienestar de sus maridos".
Cansadas aunque incansables, hartas aunque responsables, alegres aunque desilusionadas las más de las veces, y fuertes porque no hay más remedio, ¿no es una buena definición de la mujer actual? Y están las otras, las que son "felices" dependiendo de un hombre o viviéndoles. Y las que precisan socorro, aquellas mujeres desprovistas de todo, maltratadas, marginadas, discriminadas, abusadas, violentadas... en nombre a veces de la religión, del amor o del simple machismo.
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