Y desde luego, no todos los hombres tienen acceso a la alta tecnología que les permite a los más platudos espiar hasta la ropa íntima a sus mujeres. No, pero los otros, los más seguramente, tienen opciones propias del pobrerío y al final, es lo mismo. Porque quien no confía, en realidad quiere confirmar su teoría y hace lo que tiene que hacer para eso.
Lo que no sabe nunca es cómo va a reaccionar si descubre que tiene razón. Muchos planean lo que harían si descubren que son traicionados por su mujer, pero al final, a la hora de la verdad, lo que hacen es muy otra cosa. Cuestión de carácter y de la calentura del momento. ¡O del arma que tienen a mano!
Todos los días, rigurosamente todos los días y sin respetar ni feriados o domingos, hay hombres que mandan a sus esposas a Emergencias, y no precisamente para traer una curita o alcohol, sino para ser remendadas... o a la morgue, directamente. Los hay quienes ni siquiera se descubrieron engañados, sino que simplemente procedieron con el principio "de la vacuna": ¡garrotazos para prevenir y por si acaso! ¿No es absurdo que aún sigamos con estos casos de maltrato a mujeres? En la era de los clones, robots que hasta hacen cirugía y rumbo quien sabe si a la aniquilación humana o a la salvación (dicen que en poco tiempo más se tendrá a mano un sistema genético que permitirá alargar la vida humana a mil años) ¡no puede ser que todavía haya tantas mujeres violentadas! Y gente que calla a su alrededor, porque les parece el "DESTINO DE MUJER"
Cansadas aunque incansables, hartas aunque responsables, alegres aunque desilusionadas las más de las veces, y fuertes porque no hay más remedio, ¿no es una buena definición de la mujer actual? Y están las otras, las que son "felices" dependiendo de un hombre o viviéndoles. Y las que precisan socorro, aquellas mujeres desprovistas de todo, maltratadas, marginadas, discriminadas, abusadas, violentadas... en nombre a veces de la religión, del amor o del simple machismo.
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